domingo, 30 de mayo de 2010

Canto de Entrada

Canto de Entrada

El actual Salmo o Canto de Entrada es producto de la evolución de la Liturgia. En tiempos de San Agustín y de San Juan Crisóstomo, la Misa empezaba directamente después del saludo del Obispo con las lecturas, ya que no se encontraba elaborada la parte de los Ritos Iniciales. Pero pronto se sintió la necesidad de dotar a la Misa con un pórtico que dispusiera mejor los corazones para su celebración. Fue así como se introdujo el "Salmo de Entrada" con su antífona. Su finalidad desde aquel entonces acompañar la procesión de entrada.

El "Ordo Missae" de nuestro Misal romano dice al respecto:

“ ...todo lo que precede a la Liturgia de la Palabra (los ritos iniciales) tiene el carácter de exordio, introducción, preparación. La finalidad de estos ritos es hacer que los fieles reunidos constituyan una comunidad y se dispongan a oir como conviene la Palabra de Dios y a celebrar dignamente la Eucaristía.”

Y más específicamente:

“ Reunidos el pueblo, mientras entra el sacerdote con sus ministros, se da comienzo al canto de entrada. El fin de este canto es abrir la celebración, fomentar la unión de quienes se han reunido y elevar sus pensamientos a la contemplación del misterio litúrgico o de la fiesta, introduciendo o acompañando la procesión del sacerdote y ministros”.

El cántico de entrada, por tanto, invita a la gente a entrar al Templo y crea una atmósfera de celebración. Debe iniciar tan pronto el sacerdote, sus ministros y lectores están listos para entrar, justo al terminar de leerse la monición de entrada (si es que hay). El cántico debe terminar tan pronto el Sacerdote esté listo para iniciar la celebración. En este punto, lo importante es no prolongar innecesariamente el canto, haciendo esperar mucho tiempo al sacerdote. En caso de ser necesario, unos segundos de cortesía para terminar la estrofa ya empezada son de sentido común y muy convenientes.

Función

El canto de entrada:

* Congrega a la comunidad.

* Rompe con la vida ordinaria y crea el ambiente necesario para dialogar con Dios.

* Acompaña la procesión de entrada hasta el final, es decir, hasta que el sacerdote llegue a la sede.

* Si es una misa incensada, se canta hasta que el sacerdote llegue a la sede.

* Debe tener relación con el tiempo litúrgico o la fiesta que se celebra.

* Debe facilitar la participación de todo el pueblo, promoviendo así la unidad.

* Ordinariamente debe ser un canto en el que tome parte la Asamblea. La práctica de que éste canto le sea confiado únicamente al Coro debe justificarse por auténticos motivos Pastorales. En tal caso es conveniente exhortar a la Asamblea a la escucha atenta y a la unión interior con lo que está entonando el Coro.

Criterios de selección

Un buen canto de entrada es aquel que por su texto y melodía adecuada a éste contribuye a conseguir la doble meta de avivar la conciencia de comunidad de creyentes y prepararlos a participar de la Mesa de la Palabra y de la Eucaristía.

El canto de entrada no es un rito en sí mismo. Su carácter es funcional ya que acompaña al rito de la procesión de entrada, lo embellece, lo enmarca y establece la pauta y ambiente adecuado para toda la celebración. Debe tener más carácter de marcha, de himno, que de meditación.

Para su ejecución hay varias posibilidades:

* Himno estrófico con estribillo

* Himno estrófico cantado por todos

* Salmo con antífona-respuesta

Un arquetipo actual del canto de entrada es el canto "Qué alegría cuando me dijeron" de Miguel Manzano:

1. Su texto es el Salmo 121 (122)

2. Ese Salmo nos habla de la entrada del pueblo a la Ciudad Santa de Jerusalén, lugar privilegiado de encuentro con Yahvé para Israel. Se da entonces una conexión teológica ideal, que eleva el pensamiento de la Asamblea (Signo de la Iglesia y Nuevo Israel) al gozo de entrar en la Casa de Dios y de estar en su presencia.

3. La música es festiva, sencilla, adecuada al sentido del texto. Pareciera más conveniente su uso durante el Tiempo Ordinario, o de manera especial en las celebraciones de la dedicación de alguna Iglesia.

En el caso de las "Misas con niños", un buen ejemplo de un cántico de entrada es "La Misa es una fiesta" de Cesáreo Gabaráin.

Consejos prácticos

* Entonar con claridad la parte del pueblo. Es conveniente siempre un ensayo previo.

* No cambiarlo con demasiada frecuencia. Es conveniente sostener el mismo durante un tiempo razonable para que la Asamblea logre retenerlo ya como repertorio.

* Calcular su duración hasta que todos los ministros lleguen a su sitio.

* Estar atentos para “reactivar” su entonación por parte del pueblo.

* No omitirlo aún cuando se haya tocado una ambientación instrumental organística aprobada.

Tomado de: www.enciclopediacecilia.org

Su hermano en Cristo el carpintero

Etiquetas:

martes, 25 de mayo de 2010

comentarios y cantos 30/5/2010

1ª Lectura Probervios 8, 22-31

Yavé me creo por primera. Nótese esta manera poética de presentar la Sabiduría como si fuera alguien, digamos como si fuera una hija de Dios: yo jugaba en su presencia y me divertía en su creación. Estas figuras de estilo entrañan un descubrimiento religioso de los últimos siglos antes de Cristo
Desde muchisimo tiempo atrás, la Biblia insistía en que Dios es uno solo y nada tiene que ver con los numerosos dioses de los paganos. Pero ahora, el creyente presiente que falta algo en el conocimiento que tiene de Yavé. Pues, ¿como Dios puede ser fuente de vida y de amor si esta encerrado en su soledad? Ya sabe el creyente, gracias a la Biblia, que Yavé, además de ser el Dios Altísimo y Santo, se hace presente en los suyos, como por ejemplo, en el Templo y en la Nube, y se comunica a los profetas, a los que envía su Espíritu.
Por eso, en los últimos libros del Antiguo Testamento se acostumbra hablar del Espíritu, de la Sabiduría, del Poder, de la Providencia de Dios como si fueran a la vez algo de Dios y algo distinto de el, semejantes a unos personajes que compartieran su vida misteriosa y por medio de los cuales interviniera en los asuntos humanos.
De ese modo se prepara la gran revelación que se hará con la venida de Jesús. En Dios hay tres personas, desde el principio esta junto al Padre su Hijo eterno, y vino a vivir entre los hombres (ver Juan 1,1-14; Col 1,15 y Hebreos1,2-3).
Así pues, la Sabiduría es una figura de Cristo. Pero los cristianos llegaron a considerarla también como figura de su madre, María. En efecto, mas que cualquier criatura, estuvo presente en los planes de Dios al principio, y merece ser llamada Trono de Sabiduria por haberse unido de una manera tan intima a su hijo, Sabiduría de Dios.


2ª Lectura Romanos 5,1-5

En este magnifico párrafo, Pablo aclara lo que es la salvación de Cristo. Hoy todavía muchisimos cristianos dificilmente concilian el Nuevo Testamento con el Antiguo. Unos se quedan con el Dios liberador del Antiguo y el Evangelio los interesa solamente en la medida en que Jesús denuncia a los opresores. Otros, al revés, consideran el Antiguo Testamento como superado: para ellos el amor reemplaza la justicia, y la salvación de las almas sustituye el compromiso con la tragedia humana.
Con el sacrificio de Jesús, se hizo patente que la rebeldía y la violencia eran lo esencial del pecado en el mundo. Para una liberación verdadera se necesita trabajar a partir de la obediencia y la no-violencia. La vida y la pasión de Jesús contienen los secretos de una y otra. La salvación de la humanidad, o sea, su reconciliación a todos los niveles, irradia de este sacrificio.
Sabemos que nuestra conversión, y aun la de muchos mas, no trae inmediatamente una solución a todos los problemas humanos; pero también sabemos que todos los demás remedios serán impotentes si no damos al mundo el mensaje y el ejemplo de una reconciliación en que la verdad se une al perdón.
Por la fe estamos en paz con Dios. ¿En que hemos creído? Hemos creído en el amor personal de Dios por nosotros, al contemplar a Jesús muerto y resucitado por nosotros.
Estamos en paz con Dios. Se cancelaron las deudas del pasado. Antes llevábamos adherida una profunda y oscura culpa, eramos incapaces de amarnos mutuamente y de cambiar de vida. Pero ahora el creyente se sabe amado y perdonado.
Estamos acostumbrados a escuchar que Cristo murió por nuestros pecados, pero a menudo no nos conmueve, porque su sacrificio nos parece lejano e irreal. Cuando por gracia de Dios lo comprendemos, de repente surge en nosotros el amor. Devolver amor por amor.
Alcanzamos este favor en el que permanecemos, al cual llamamos estado de Gracia. No es necesario sentirlo para estar en el. Dios obra en nosotros una transformación misteriosa sin que, muchas veces, la sintamos o la veamos. Pero, especialmente en las pruebas, nos damos cuenta que ella es la que nos mantiene en pie.
Hacemos alarde de esperar nuestra parte de la Gloria de Dios (v. 2). La fe mira al porvenir y se vuelve esperanza. Esperamos nada menos que compartir la gloria de Dios, y por eso enfrentamos valientemente las pruebas diarias. La esperanza no es un opio que nos hace olvidar las presentes miserias, sino que es la fuerza que nos permite soportar y vencer.
La esperanza no espera en vano. A diferencia de los hombres del Antiguo Testamento, que siempre estuvieron en lo provisorio, esperando una verdad y justicia definitivas, el cristiano ya prueba lo que, algún día, vivirá en plenitud. Algo como del sabor o del perfume de la divinidad ha sido derramado en nuestros corazones y esta es la paz que Dios comunica con mas y con menos, por cuanto su Espíritu viene a nosotros. Experimentamos esta paz y, dentro de ella, el amor de Dios por nosotros.


Evangelio según San Juan 16, 12-15

EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPÍRITU SANTO:

Jesús, al hacernos hijos de su Padre, nos descubre el misterio intimo de Dios. En Dios hay comunión entre las tres personas: el Padre, el Hijo y su común Espíritu.
Hablamos de su común Espíritu, porque Jesús dijo en igual forma: El Padre les dara otro Intercesor (14,16) y: El Intercesor que yo les enviare (15,26). Y ahora expresa: Recibirá de lo mio para anunciarselo a ustedes: todo lo que tiene el Padre también es mio (16,15).
El Espíritu no es una figura poética: es Alguien. Y Jesús promete enviárselo a sus apóstoles cuando haya entrado a la gloria. Esto ya fue comentado (Jn 7,37; Jn 14,1).
A partir del día de Pentecostés, el Espíritu empezó a actuar en la Iglesia, demostrando así que era el Espíritu de Cristo. Los judíos que no habían creído en el, pensaban que Dios estaba con ellos, pero su Espíritu no actuaba en igual forma entre ellos. Así quedo al descubierto que no tenían la razón sino que eran pecadores al no creer en Cristo.
El justo es Cristo y los Justos son los que creen en el sin verlo y ajustan sus acciones a todas sus enseñanzas, llevados por el Espíritu de la verdad.
En hechos de los apóstoles se nos recuerda los ejemplos de los primeros dicípulos de Jesús. El Espíritu les daba, antes que poderes milagrosos, alegría, paz y el amor mutuo, y además esa certeza intima de que Jesús ha resucitado y esta entre nosotros.
El Espíritu guia a los misioneros, les da el poder de hacer milagros; da a los convertidos el conocimiénto de Dios, capacidades nuevas para obrar, sanar, servir y remecer a un mundo entorpecido. A lo largo de la historia el Espíritu impulsara a hombres de fe, a mártires, a profetas, y por medio de ellos transformará el mundo. Una nueva fuerza orienta la historia y nos guia hacia la verdad total: es el Espíritu


Cantos:

entrada

ofertorio

Gloria a la Trinidad

Hoy te ofresco estos dones

Gloria a nuestro Padre

PADRE, HOY TE OFREZCO ESTOS DONES,

que es nuestro creador;

Y TE PIDO, BENDIGAS MIS LABORES,

Gloria a Dios, gloria

SON EL FRUTO DE LA TIERRA

cantemos aleluya,

SON MI DIARIO CAMINAR,

Gloria a Dios, gloria

SON MI VIDA, SON MI ENTREGA, Y MI VERDAD.

alabad el nombre del Señor.

PADRE, HOY EN TI ME CONFÍO,

Gloria al Jesucristo

Y TE OFREZCO, CUANTO HE RECIBIDO

nuestro salvador;

TODO TÚ ME LO HAS DADO, ES TUYO MI DIOS

Gloria a Dios, gloria

PUES CUANTO EN MÍ HAS CONFIADO,

cantemos aleluya,

TE DOY CUENTAS SEÑOR.

Gloria a Dios, gloria

alabad el nombre del Señor.

coro:

TOMALOS, BENDÍCELOS, CONVIÉRTELOS

Gloria al Espíritu Consolador;

EN CUERPO Y SANGRE DE JESÚS.

Gloria a Dios, gloria

TÓMALOS ALIMENTA HOY

cantemos aleluya,

AL PUEBLO QUE TU COMPRASTE

Gloria a Dios, gloria

CON LA SANGRE DE JESÚS

alabad el nombre del Señor.

AL MORIR EL POR NOSOTROS EN LA CRUZ.

CUAL GRANO DE TRIGO QUE MUERE

COMUNIÓN:

PARA FERMENTAR EL PAN

Isaías 43

ASÍ SEA MI VIDA, PARA DAR VIDA A LOS DEMAS.

coro:

SI VIVO ES POR TI SEÑOR

YAHVÉ, TU ME HAS CREADO,

Y SI MUERO POR TI MORIRE

Y HAS DICHO MI NOMBRE, Y TU YO SOY.

PUES VIVO O MUERTO SOLO DE TI YO QUIERO SER coro

POR SIEMPRE, CANTARÉ TUS BONDADES,

Y CAMINARÉ LIBRE HACIA EL REINO DE GLORIA.

salida

SI CAMINO POR EL MAR,

Silenciosa mensajera

MI DIOS CONMIGO VA.

Y LAS OLAS NO PODRÁN ANEGARME. Coro

coro:

SI POR LAS LLAMAS VOY,

Silenciosa mensajera, al vivir cada misterio

NO ME QUEMARÉ, NI ABRAZARÉ,

de gozo, dolor y gloria, brilla la luz del redentor;

Y EL FUEGO NINGÚN DAÑO ME HARÁ. Coro

Señora siempre fiel.

TÚ NOS LLAMAS: TU PUEBLO,

Anuncio del ángel, la visitación,

SOMOS PRECIOSOS A LOS OJOS DE DIOS,

nace el niño Dios, purificación,

POR NUESTRAS VIDAS ÉL HA DADO LAS NACIONES. Coro

el niño perdido, todo es oración,

en el gozo de la fe. Coro

SOMOS SIERVOS DEL SEÑOR,

NO TENEMOS PORQUE TEMER,

Agua de la vida, primera señal,

ESTA EN NOSOTROS Y NOS HA HECHO

construcción del reino,

PARA SU GLORIA. Coro

voz en el Tabor, celestial comida,

luz en plenitud de tu rostro virginal. Coro

Oración del huerto, flagelación,

corona de espinas, cargando la cruz,

muerte de Jesús, en tu corazon

una espada de dolor. Coro

Cristo resucita, asciende el Señor,

fuego del Espíritu, llega la Asunción,

reina de los cielos, ¡glorificación!

su hermano en Cristo el carpintero

prodigios de redención. Coro

Etiquetas: