jueves, 15 de julio de 2010

Comentarios y cantos 16º domingo ordinario 18/7/2010




1ª lectura Génesis 18, 1-10

Las promesas de Dios eran para los descendientes de Abraham: el mismo nunca vería su cumplimiento. Pero Dios da a su amigo una prueba de lo que va a realizar: Isaac nace en circunstancias milagrosas. Era de temer que los descendientes de Abraham se creyeran superiores a los demás y pensaran ser salvados por el solo hecho de pertenecer a su raza (Lc 3, 8). En realidad, Dios reconoció por herederos de Abraham a los puros descendientes de Isaac, el hijo del milagro, el hijo de Sara (su esposa), y no a sus otros hijos nacidos de mujeres esclavas. Con esto nos enseña que nadie tiene derechos sobre el por haber nacido en tal o cual familia. Sus promesas serán para nosotros si imitamos a Abraham en su fe (Gal. 4,21-31; Rom. 4,13-17).


2ª Lectura Colosenses 1, 24-28

Completo lo que falta a los sufrimientos de Cristo. Después de la muerte de Cristo faltaria algo en la salvación del mundo si sus seguidores, sus militantes y apóstoles no encontraran, a su vez, pruebas y sufrimientos. Trabajar por la Iglesia es sufrir por la Iglesia. Trabajar por el Reino de la justicia es sufrir por la justicia.
Este plan misterioso: (ver Ef. 3,5). No olvidemos que, en aquel tiempo, nadie pensaba en un destino común de los hombres; ni siquiera se hablaba de la humanidad. Además, tanto los griegos como los romanos no veían mas allá de la existencia presente. Pablo se asombra de la generosidad divina. Las promesas son para todos los pueblos sin distinción (27). Y nos ofrecen nada menos que compartir la gloria de Dios, o sea, todas las riquezas que están en el.



Evangelio según San Lucas 10,38-42

En la vida del hogar hay muchas cosas que parecen necesarias: limpiar, preparar la comida, cuidar a los hijos. Haciendo esto, de alguna manera es a Cristo a quien se atiende. Sin embargo una sola cosa es necesaria para todos: escuchar a Cristo cuando se hace presente. Todo lo demás ha de ser dejado por esto.
Marta ofrece a Jesús sus servicios materiales cuando el quiere entregarle las riquezas eternas. Ella trabaja y se afane, y no tiene tiempo para estar con Jesús. El amor es otra cosa. Jesús es la paz, y no lo recibe quien no lo atiende en la paz. Hay una manera de servir y de trabajar febrilmente, en el hogar o en la comunidad, que deja al hombre vacío; pero Jesús quiere que lo encontremos en el quehacer diario.
También nuestra oración seria una manera de agitarse como Marta: cuando uno se inquieta buscando sus rezos, cuando va multiplicando las palabras, exponiendo cien veces al Señor sus inquietudes, cuando el responsable de la celebración se pone nervioso, preocupado por que el canto y la homilía salgan perfectos. Todos debemos procurar una forma de oración en que se toma tiempo para ponerse en presencia de Dios antes de empezar cualquier rezo; debemos escuchar, dando tiempo para la meditacion silenciosa de la palabra de Dios; debemos acallar nuestros deseos para orientar solamente nuestra mirada hacia el Padre que esta presente en lo secreto. ¡Que cosa mas rara!: en ciertas religiones no cristianas, la gente aprende a poner su espíritu en paz y silencio, alcanzando una verdadera serenidad; y, mientras tanto, nosotros entramos a la oración con nuestras preocupaciones vanas y nos vamos con ellas.
En el caso de que esta María fuera la misma que era llamada de Magdala, que acompañaba a Jesús (Lc 8,2), podemos imaginar lo siguiente:
María esta en el grupo de discípulos que junto con Jesús, son recibidos por Marta, su hermana. Por no estar en casa propia, María no se preocupaba mayormente por la preparación de la comida y Marta se queja. Jesús, entonces, alaba a María, no solamente por que lo esta escuchando, sino porque, desde hace tiempo, se ha decidido a seguirlo junto con los apóstoles: igual a estos, María ha escogido la mejor parte.



Cantos:



























































































ENTRADA: ORDINARIO



Bienvenidos





Coro:



BIENVENIDOS



DONDE VIVE EL AMOR



BIENVENIDOS



DONDE REINA EL SEÑOR





Hoy reunidos en la fe,



podremos dar amor,



E iremos, por doquier,



y seremos el fruto del Señor. coro





Somos muchos y lograremos



establecer el reino del amor.



E iremos, por doquier



y seremos el fruto del Señor. Coro



























































































ofertorio



Ofrenda de Amor





coro:



Gracias por esta ofrenda de amor, Jesús



vienes a quedarte en mi corazón



y aunque poderoso y eterno eres tu



en un panecito, por amor a mi,



te haces pequeñito como yo





Traigo en mis manos



una vela encendida,



es mi vida entera que ante tu altar,



yo te vengo a ofrecer. Coro





Gracias por tus dones



porque conmigo estas



y todo lo que tengo mi señor



que de tus manos recibí. Coro

































































































































El es Jesús







mira que esta aquí



toca la puerta y llama



si lo dejas entrar



Vivirá siempre en ti





mira que vino a ti



sin que lo llamaras



y se a quedado aquí



en el vino y en el pan





coro:



El es el camino y la vida



El es la sal y la luz



El es alfa y omega



principio y fin es El





Abre tu corazon



y recibe su palabra



grítalo a plena voz



que Jesús es el Señor





entrega todo a El



tus penas serán nada



tus pecados blanqueara



y sepultara en la mar coro

























































































salida



Alégrate virgen María







coro:



Alégrate virgen María,



llena estas de la gracia de Dios. (2)





El Señor esta contigo,



bendita eres señora



entre todas las mujeres. Coro





Bendito es el fruto



de tu vientre Jesús,



nuestro salvador. Coro





María madre de Dios



ruega por nosotros



ahora y por siempre. Coro





























Su hermano en Cristo el carpintero

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