Aqui esta Jesús, reportándose

Reflexionando un poco sobre las Lecturas del Próximo Domingo 15 de Febrero, que sería el VI Domingo Ordinario, nos daremos cuenta que el tema central se enfoca sobre la lepra y nos habla también de cómo eran marginados en Israel. Pero en el Evangelio se nos dice que un leproso se acercó a Jesús y Él lo sanó. Hoy en nuestro tiempo, podríamos hablar de cuantos hermanos nuestros son rechazados por tener la lepra de la pobreza, de la discapacidad, de la drogadicción y tantos más que son rechazados por la sociedad.

Como madre de una hija con discapacidad, he vivido en carne propia el rechazo y siento que la culpa es de nosotros los padres, que desde pequeños, debemos explicarles que es una persona con discapacidad o un vagabundo, un drogadicto, etc.

Todos somos hijos de Dios y tenemos una misión que cumplir, no debemos juzgar por las apariencias y debemos aceptarnos como somos, sin dejarnos llevar por las apariencias.

Les contaré algo que leí:

Una vez un sacerdote, estaba dando un recorrido por la templo al medio día. Al pasar por el altar decidió quedarse cerca para ver quien había venido a rezar. En ese momento se abría la puerta, el sacerdote frunció el entrecejo al ver a un hombre acercándose por el pasillo; el hombre estaba sin afeitar desde hacía varios días. Vestía una camisa rasgada, tenía el abrigo gastado, cuyos bordes había comenzado a deshilacharse.

El hombre se arrodillo, inclinó la cabeza, luego se levantó y se fue. Durante los siguientes días, el mismo hombre, siempre al medio día estaba en el templo cargando con una maleta. Se arrodillaba brevemente y luego volvía a salir. El sacerdote un poco temeroso, empezó a sospechar que se trataba de algún ladrón, por lo que un día se paro en la puerta del templo y cuando el hombre se disponía a salir le preguntó:

-¿Qué haces aquí?_ pregunto el sacerdote.

El hombre le dijo que trabajaba en una fabrica camino al templo y tenia media hora libre para comer y aprovechaba ese momento para rezar.

-Solo me quedo unos instantes, sabe, porque la fabrica me queda un poco lejos así que solo me arrodillo y digo: “Señor, solo vine nuevamente para contarte cuan feliz me haces cuando me liberas de mis pecados. No se muy bien rezar, pero pienso en Ti todos los días, así que Jesús, este es Juan reportándose”.

El sacerdote sintiéndose un tonto le dijo a Juan que estaba bien y que era bienvenido al templo cuando quisiera. El sacerdote se arrodillo ante el altar, sintió derretir su corazón con el gran calor del amor y encontró a Jesús, mientras sus lágrimas corrían por sus mejillas, en su corazón se repetía la plegaria de Juan. Cierto día, el sacerdote noto que el viejo Juan no había venido. Los días siguieron pasando sin que Juan volviera a rezar. Un día fue a la fabrica a preguntar por él, allí le dijeron que Juan estaba enfermo. Fue a visitarlo y se acerco al lecho de Juan con la enfermera y esta le dijo, mientras Juan escuchaba:

-Ningún amigo ha venido a visitarle. No tiene a donde recurrir.- Dijo la enfermera

Sorprendido el viejo Juan, dijo con una sonrisa:

-La enfermera esta equivocada, porque ella no puede saber que, todos los días desde que llegue aquí, al medio día un querido amigo mío viene, se sienta aquí en mi cama, me toma de las manos, se inclina sobre mi y me dice: “Solo vine para decirte Juan, cuan feliz soy desde que encontré tu amistad y te libere de tus pecados. Siempre me gustó oír tus plegarias, pienso en ti cada día. Así que Juan, este es Jesús reportándose.”

Espero les guste este relato, el cual nos hace pensar que Jesús vino a curar a los enfermos y no a los sanos.

FELIZ DÍA DEL AMOR Y LA AMISTAD.


Su hermana en Cristo:

Sra. Rosa María Aguilar de Castro
MMC Vox Christi.